Nunca se había dispuesto de tantos canales, herramientas y tecnologías para comunicar y nunca, tampoco, el público, ya se trate de consumidores, ciudadanos o trabajadores, se habían mostrado tan reticentes.
La opinión se ha vuelto hiperresistente
La desconfianza se ha convertido en una habilidad con la que todo el mundo rastrea y descifra agendas ocultas. Responder sólo con más información refuerza la resistencia en lugar de reducirla. Los medios tradicionales de comunicación ya no bastan.
Para ser convincentes
las empresas deben transformarse rápida y continuamente.
Convencer a los empleados de que la transformación de la organización, las actividades o la cultura, mejora las posibilidades de éxito de todos
Convencer a los clientes de que la transformación de la oferta mejora su experiencia
Convencer al público de que la empresa actúa en consonancia con las expectativas y los valores de la sociedad
Convencer a los inversores y a las esferas de influencia de que la estrategia aplicada mejora los resultados, la rentabilidad y la reputación